Nuestra Historia
Descripción
Hay constancia de que el establecimiento existía ya a finales desde 1921 con el nombre de Venta Eritaña, aunque no es hasta 1937 cuando Catalina Pérez y Juan Vargas se hacen con la gestión definitiva del restaurante que antes había sido arrendado esporádicamente . En 1937 el establecimiento pasa a llamarse Venta de Vargas. Su historia pasa al mito gracias a los guisos de Catalina Pérez y de su nuera María Jesús Picardo. Las dos son las que dan forma a la tortillita de camarones como la conocemos hoy en día. Luego ya la relación del cantaor Manolo Caracol y Camarón de la Isla con el establecimiento ha hecho que este lugar sea uno de los más visitados de la ciudad, tanto para comer, como para verlo.
No cabe duda de que cuando se entra por la puerta del establecimiento se descubre que allí dentro “hay duende” y lo han conseguido conservar las sucesivas generaciones de la familia Picardo que continúa hoy regentando el establecimiento. La barra, donde se puede tapear, y los salones, que conservan el ambiente de un patio andaluz, están llenos de cuadros y fotos de la historia del establecimiento, pero está, aún muy viva, está también presente en platos como las tortillitas de camarones, las papas aliñás, la berza o el rabo de toro, fórmulas que aún siguen en la carta inalterables con recetas que tienen más de 100 años de antigüedad. Junto a esto, pescados de roca y de estero como los lenguados, las doradas o las lisas, si es temporada.
La otra vertiente del restaurante, la flamenca, ha convertido al restaurante en un símbolo del flamenco y es considerada como una verdadera catedral flamenca.
Las innumerables fiestas y “Madrugás Flamencas”, los recitales para cabales, la gran cantidad de artistas de todas las modalidades que han pasado y el sello de Manolo Caracol, Camarón de La Isla, Sara Baras, Niña Pastori, Chato de La Isla...hacen de este lugar algo diferente, algo único.
La Venta celebra durante el año diferentes ciclos y actuaciones que son esperadas ansiosamente por los aficionados.
Y si ahora le hemos despertado su inquietud, venga y disfrute de algo auténtico.
Nuestra Carta